Datos personales

sábado, 26 de diciembre de 2015

Xmas

Mis manos sudorosas, mi corazón agitado, mis pupilas dilatadas... y tú en la sala de estar, recién pasaba noche buena y escuchar tu voz me trajo al alma la felicidad que siempre me ha traído tu sonrisa.

Como un perro callejero, demostré el hambre que siempre tengo de tu compañía, luego de meses, volver a verte me hizo pensar que ese beso en la mejilla y tomar tu mano son dos milagros pequeños y fugaces que me hacen sentir una infantil e inocente nostalgia.

Han pasado los años, y yo solamente intento fingir que no siento lo mismo que sentí el primer día que te vi; pero es que después de ti pude añorar verdaderamente el amor y tolerar con paciencia y aceptación lo que una persona es por esencia.

Ignoras la mayor parte de mis sentimientos, y la otra -sospecho- te hace sentir incómodo, pero mi querido, quizás no sabes que dentro de mí hay un torbellino de hormonas y un maremoto de neuronas cuyo origen siempre eres tú.

Quise que te quedaras anoche, quiero que te quedes esta noche. ¡Quédate! pues yo ya me he quedado en ti, pero oculta sin que lo sepas, y si te percatas de ello, no me saques fuera porque sientes mi mirada y ves mi sonrisa que son ofrendas que te pertenecen.

Te vi, te vi en navidad, y fui feliz como la primera vez.