Datos personales

miércoles, 22 de mayo de 2013

Sombra de Desierto

Cava la tumba, cada vez que subas la pala, tus fuerzas parecerán desaparecer, abandona tu llanto y sigue cavando, que la tierra necesita moverse... No tuviste tiempo de pedirle que se quedara, ya no te sientas culpable por lo que no pudo ser.

Son tus músculos, los que te mueven, ya no queda determinación, tu sonrisa.... he olvidado cómo era, ese dolor que se acumula en tu frente y no sale, no sale ... aunque tiemblen tus cejas en un intento a la huida ... aunque el el ocaso se te haga más efímero día a día, aunque se te hayan dicho ya todas las palabras de consuelo y ninguna haya quedado en tu corazón repleto de melancolía... el sol ya no te dirá nada más, porque mañana no saldrá... se acabó

Regocíjate en el hambre de soledad, nada habrá de pecado en intentar trascender... bajaste la mirada, y salieron algunas lágrimas, yo no alcancé a recogerlas, entiendo ahora que querías que tan sólo las viera, las veré y las recordaré como algo que debe suceder, que siempre me sucede.

Deja que las dunas se formen pero no sobre ti... camina lejos, lejos, lejos, la sed y el cansancio, la frustración y el miedo serán tus compañeros, no dejes los recuerdos que te hicieron feliz en este camino desértico... despuès de todo siempre habrá una sombra para permanecer oculto... seguro

domingo, 19 de mayo de 2013

ID día 19


Y mirarte a los ojos hasta que ya no te vea más, y todo sea borroso, hasta que caiga en mí y recuerde que haces parte de la especie… y mirarte otra vez, sin saber si tú me ves, y sentir por un segundo algún veloz impulso por mi espalda, efímero y potente… y bajar la mirada.

El mismo gato que pasa por mi ventana a esta hora, me recuerda a ti, todo me recuerda a ti últimamente, es porque en el fondo sólo quiero pensar en ti, te añoro. Yo creo que ese gato tiene 19 años, no sé porqué, un par de veces nos hemos mirado a los ojos, él se queda quieto y los abre mucho, yo también abro mucho los míos porque es más difícil que yo le vea con claridad que él a mí.

Y qué… si me enamoro.

Abandoné un mal hábito que retomé por varios días y ahora lo abandono de nuevo, la causa: cuando me dijo que me cuidara, me cuidé, cuidé de mi salud, porque ahora sí me importaba, no hice caso omiso –como siempre- de las recomendaciones de salud… es extraño notar cómo hago con cariño cada cosa que me dice que haga por mí, que ni yo haría por iniciativa propia…

Cuando yo nací el ya tenía más de cinco años, había aprendido bastante hasta aquel entonces, me lleva algunos años experiencia, espero aprender mucho de él… pero más espero que él aprenda de mí.