Esa muralla, llamada conciencia, crece muy alto cuando está cerca la tentación, y está cerca porque siempre algo falta... sujetas el cigarrillo con tus labios y tiemblas, esta vez, tienes más razones para caer en el vicio de nuevo. Y mientras el humo sale de tu nariz, guardas silencio aunque una sonrisa medio irónica lo diga todo.
No deberías fumar, no es sano para cantar, tú cuando cantas, dices mucho más de lo que puedan formar las palabras... de seguro no querrás perder ese privilegio, y cuando sueñas, recreas anhelos semiocultos... Sí "semi", y cuando te contienes descubres la debilidad de tu piel frente a la suya.
La pasión y la luna llena son aliadas, y tú eres el contendiente... que espera la estocada final, pero ten presente que hasta ahora la luna que nos ilumina eestá en cuarto creciente... y ella te con ciertas ganas de perder el asalto, por ese deseo discreto de perder la apuesta, tú sabes bien lo que está en juego.
Trata de usar la imaginación y pasa tus uñas sobre tu pecho... imagínale entregando de sí su frenesí, imagínale mordiendo sus labios y mirándote con firmeza, eres dueño de ese mundo producto de la deshinibición, crea y cree en ese momento de euforia... antes de que te traiga de nuevo a la realidad.
Tal vez el vino ayude un poco a resaltar tus pupilas, para que atrapes en ellas esa mirada que añoras en un maldito y condenado misterio...
No te alejes, a no ser que quieras asirte a su figura, convertirte en adicto a ella y hacer creer a todos, cuando vuelva tu juicio que nada ha pasado.