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lunes, 25 de noviembre de 2013

Planeando

Veo las calles, y los edificios se confunden con el cielo nublado
Todo está muy gris, todo está frío, un frío que me deja extrañarte
Entre tú y esta ciudad se han interpuesto mis deseos, te quiero acá
pero ella, la ciudad no te quiere cerca ¿porqué será?

No me importa la turbulencia, con mis alas saldré bajo la lluvia a encontrarte
y entonces te cubriré de las gotas, y te besaré, besaré tu boca
porque son tus labios dos mantos que dan paz y resguardo a mi alma
estaré por los cielos esperando a verte mover el pañuelo e iré por ti

Y si no me estás esperando, de todas formas volaré por lo alto
quizá desde el aire pueda pasar desapercibida para todos los que no miran al cielo
pero tú sin embargo, soñador quizá algún día coincidas conmigo y entonces descenderé
ya sabes entonces para qué, así que no mires al cielo si no quieres mi beso

Pero no me ilusiones cuando te tenga en frente, ya sabes que amo la verdad
y cuando llegue el día, dime lo que sientes sin más miedo que el de verme llorar
yo seré como soy, fuerte y audaz, recuerda que tengo un par de alas que no me fallarán
saldré entre las nubes si eso quieres y si no, entonces arrancaré mis alas para que sean tu abrigo

En esta ciudad, todos tienen afán, yo miro desde arriba a ver si alguien quiere contemplar el sol que se avecina
más nadie quiere ver más allá, todos se conforman con el peso de sus vidas
y yo que sólo anhelo que carguemos juntos las nuestras, que seamos felices siendo nosotros
tan sólo puedo esperar a que un día tú me digas que no o que sí, eso sería mejor

Cuando en tierra estoy, miro al cielo y te pienso, preguntándome si algún día me verás como yo te veo
a la distancia queriéndote, añorándote... en medio del silencio
más no te diré palabra alguna que no salga de mi más profundo sentimiento, porque sería mentir
y yo a ti, no te miento, es que no puedo porque me invitas a darte lo mejor de mí

Y aunque nada signifique que todo te dé, yo te pido que lo deseches si es que no puedes ver lo que es
porque dolería más que por lástima me recibieras en tu seno, que no volverte a ver
pero mientras te enteras de esto, mientras te decides por mí déjame contemplar tus ojos, tu sonrisa, tu tez
que para mí esa es la dicha, más que lo que el mundo diga... la dicha para mí es tu ser.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Maestros

Maestro, es el nombre que recibe quien le dice a los demás lo que deben hacer, lo recibe de manos de quienes se creen incapaces de actuar por lo que les dicta su consciencia sino por lo que le dicta cualquier otra persona reconocida por gentes como ellos. Los maestros en efecto, se lucen con esa potestad que se les ha otorgado y no paran de decir lo que está bien lo que está mal, pero de hacer: nada hacen.

Al que dice la verdad le llaman intolerante, al que hace lo que quiere libertino y siempre juzgan el mundo. Llaman a los demás "gente hueca" pero con ese calificativo ponen en evidencia lo "huecos" que son, prejuiciosos como siempre, no pueden ver más allá de sus narices aunque se crean dueños de la verdad. Y cuando tienen razón en algo, y es irrefutablemente así, no hacen más que restregarlo en la cara de todos autorpomulgando una grandeza absurda que sólo los parias pueden ver.

No quiero sonar más como un maestro así que, simplemente dejo esto que hará que muchos piensen en el yerro de otro, como siempre, y siga venerando sin sentido esa bola de nieve de ídolos pos-modernos que refritan las verdades dichas por los clásicos y ahora son llamados "filósofos". Creo yo, que un filósofo no expone su opinión como verdad inmutable, sino como su forma de ver el mundo, sin imponerla, porque de lo contrario ¿dónde esta ese amor por la sabiduría? Actuar así, obstinada y testarudamente, es sólo una apología a la ignorancia.

En fin.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Compañeros de Autobús

Yo te vi desde el primer momento, y lo recuerdo aunque han pasado varios años ya. Recuerdo que cuando te vi quedé estupefacta, mi impresión fue tal que no parpadeé. Tú me lanzaste una mirada despectiva y fría, yo quise pensar entonces que no era para mí, sino que estabas enojado. Luego, dejé que siguieras tu camino aunque quería seguirte hasta cualquier parte... al verte bajar en la misma parada supe que ibamos para el mismo lugar... no creo en la casualidad, pero sí que quería esa vez.

En aquél lugar te vi más de una vez, no sé si tú a mí. Hace algunos días te conté una historia, una historia que me encanta, es bella, una historia infantil. Y aunque no tengo una memoria prodigiosa estaba segura de muchas cosas tuyas que no olvidaría, que ya no puedo olvidar. 

Mientras te contaba aquella historia infantil, recuerdo que, omitía fragmentos fundamentales, ahí va otra vez mi memoria... era la historia de un gatito, un gatito que no quería ser lo que estaba predestinado a ser, no obstante, la moraleja es que no existe el destino, que siempre depende de lo que tú hagas hoy.

Un día hizo mucho frío, tú estabas allí distante de nuevo. Luego cuando el tiempo volvió a ser la ilusión infernal que es, ya no había piel fría ni dolor de huesos porque estabas tú a mi lado, como nunca había imaginado. Hay cosas que no me atrevo a decir, porque tengo miedo, porque ya aprendí de los días que murieron.

No voy a engañarte, aunque la doble vida que tienes es para mí un engaño. No me importa, porque con todo, esa vida paralela y la que conozco, son más auténticas que todo lo que yo he sido contigo. ¿Sabes qué no hicimos? Yo también, y no sé si fue mejor, pero si yo puedo ver tu sonrisa al menos una vez por semana, entonces vale.

No creo en muchas cosas, mi falta de fe es grande, eso me atormenta, pero cuando te veo reir y ser tú mismo, puedo diferenciar de cuando finges, y siento que en la escena hay alguien más, alguien real... como yo.

Qué curioso que los momentos más trascendentales entre nosotros han acontecido en un autobús, aunque probablemente a ti te tenga sin cuidado, para mí siempre serás una especie de utopía alcanzable que me niego a vivir, sí me niego, por la torpeza que me caracteriza, la testarudez, la cobardía o por mi forma de ser que es eso y más.

Nada hay perfecto, pero tú siempre has sido cómo quiero, ¡Vaya egoísmo!.... lástima que yo nunca seré cómo quieres, ya soy así. Esta soy yo.