Me quedo aquí a condenarme, me quedo a mirar vacío, me quedo mientras tú vas tras vanalidades, me quedo llorando por ti, me quedo luchando porque soy leal a ti, porque te amo y sufriré por ti, seré fuerte por ti; mientras sigues así: indiferente. Me quedo a sentir la historia mientras tú las haces, me quedo esperando que cuando llegues me escuches como si yo existiera, me quedo evitando pensar en lo peor, sólo evitando... es una dicha ser mujer, es una dicha ser tú aunque te empecines en hacerme daño, nadie es lo que parece y todos te ofrecen el sol pero nadie te da un fragmento de luz. Me quedo aquí, tú eres mi ancla pero tú misma te vas soltando. Y no hace falta que te sumerjas en tanta superficialidad, no hace falta que te codees con grandes figuras para ver tu propia figura engrandecida. Derrumba ahora esos muros que has contruído, levántate y piensa que no hay destino, no aclames milagros, mira al rededor y no te dejes engañar por lo que ves.
Yo me quedo aquí suspendida y estupefacta, con pensamientos difusos y sentimientos revueltos. Sí, me quedo pero si te sueltas poco a poco, yo me alejo más y ya no podré quedarme.
Te amo no me hagas daño no hay que hacerle daño a los que te aman
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